Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)
El primer contacto extraterrestre en Sector 9 (District 9, 2009), la potente ópera prima del sudafricano Neill Blomkamp, resulta ser diferente a lo que podríamos anticipar. Los alienígenas varados en una nave sobre el horizonte de Johannesburgo, Sudáfrica, están malnutridos, sucios y sin dirección alguna. Eventualmente su refugio temporal se convierte en un peligroso barrio, convirtiendo su presencia en una absoluta molestia para los residentes humanos de dicha ciudad. Resuenan en sus imágenes los ecos del apartheid.
Aunque le moleste a sus críticos, Blomkamp es desde entonces un referente innegable de la ciencia ficción, conocido por construir mundos enteros que dicen mucho sobre nuestra actualidad. Su obra abarca el cine de acción con violencia explícita, el falso documental e, incluso, el terror corporal. La ciencia ficción de sus primeros tres largometrajes –Sector 9, Elysium (2013) y Chappie (2015)– se desarrolla en un entorno hostil, parte de Elysium, por ejemplo, se filmó en el Bordo de Xochiaca. Extraterrestres, robots, avanzada tecnología e inteligencia artificial habitan el imaginario de Blomkamp, donde son usados para tocar temas pertinentes como la desigualdad social, la xenofobia, el crimen urbano, la sobrepoblación, la inmigración ilegal, la contaminación ambiental y la avara corrupción del poder político/corporativo.
En los años que han pasado desde Elysium –un filme adelantado a su tiempo: imaginen la resonancia si hubiera sido estrenado con Donald Trump en el poder– y la divertida y emotiva Chappie, Blomkamp estuvo concentrado en su propio estudio: Oats Studios. Además, estrenó una serie de cortometrajes en internet –entre ellos Rakka (2017), Firebase (2017) y Zygote (2017)– con la posibilidad de convertirlos en proyectos de mayor escala. Rakka, por ejemplo, es una prueba de concepto dividida en tres partes sobre una brutal invasión alienígena y la subsecuente resistencia humana en ese mundo post-apocalíptico.
El cuarto largometraje de Blomkamp, Demonic (2021), fue anunciado sorpresivamente en diciembre de 2020, luego de una filmación sin reflectores en plena pandemia de la COVID-19. La película gira en torno a Carly (Carly Pope), una mujer atormentada por su pasado: en 1998, su madre (Nathalie Boltt) fue encarcelada por asesinar a más de 20 personas. Cuando inicia el filme Carly es contactada por un viejo amigo, Martin (Chris William Martin), quien le informa que su madre es una de las pacientes de la empresa de tecnología médica Therapol.

Es ahí donde Blomkamp vuelve a la ciencia ficción: Carly acepta conectar su mente a la de su madre semicomatosa con la intención de ayudarla. Blomkamp nos muestra una simulación deliberadamente imperfecta, por medio de la volumetric capture: “una nueva tecnología de video tridimensional que convierte a los actores en objetos geométricos”.
Demonic marca también su incursión en el terror sobrenatural, donde abundan las posesiones demoníacas y exorcismos. Carly sufre pesadillas recurrentes que se conectan con la realidad. La película desarrolla toda una mitología sobre un demonio y un sitio maldito que podrían alterar por completo la percepción de Carly sobre el sanguinario despliegue de violencia de su madre.
Lo sobrenatural se cruza con el sci-fi en Demonic. Un espacio virtual construido mediante recuerdos convive con un onirismo horrífico; lo moderno (tecnología y armamento) con lo antiguo (iconografía religiosa y una vieja lanza sagrada). Demonic es una combinación de géneros que, tras esos cortos de Oats Studios, se siente como una continuación de la faceta más experimental y juguetona de Blomkamp.
De todo esto charlamos con el director previo al estreno de Demonic en cines de Estados Unidos y VOD a partir del 20 de agosto.

Cinema Inferno (CI): Usualmente eres visto como un director de ciencia ficción pero hay horror en tu trabajo previo: terror corporal y, en algunos de tus cortos, una suerte de terror cósmico. Demonic es terror sobrenatural en su corte más clásico, aún así resulta una mezcla única de elementos. ¿Cómo fue tu aproximación?
Neill Blomkamp (NB): Me interesa mucho el terror cósmico. Definitivamente me interesa el terror corporal y está presente, sin duda, en Sector 9 y Elysium. Si bien me interesa el terror, tienes razón al decir que en Demonic juego por primera vez con elementos más tradicionales del género, como una posesión demoníaca.
Irónicamente, el material de los Oats Studios es lo que me había llevado más cerca a hacer terror puro. Zygote, Firebase y Rakka están al borde del terror, son ciencia ficción de terror.
Con Demonic quería ver si podía realizar mi propia película de terror autofinanciada, en la vena de Actividad paranormal (Paranormal Activity, 2007). Quería tener estos elementos clásicos del terror, una posesión demoníaca y un exorcismo, como piedra angular de la historia.
CI: También conecto las secuencias de la simulación con tus cortos porque siento que estás experimentando y jugando más con el lado visual de tu trabajo.
NB: Sí, creo que con un presupuesto y un estudio más grande hubieran existido muchas preocupaciones en torno a la imaginería de la volumetric capture. Simplemente es algo muy loco, el nivel de fallos técnicos y los problemas reales que conlleva. Puedes experimentar más con un presupuesto menor, me parece sensacional que haya ocurrido así porque siempre había querido usar la volumetric capture y no había tenido un canal para hacerlo. Pensé que el canal iba a ser Oats Studios, entonces empecé a hablar con compañías dedicadas a la volumetric capture sobre los elementos involucrados y lo que conlleva. Tenía que encontrar la manera, narrativamente, de incorporar esto a una estructura de largometraje, deseando que la audiencia acepte la naturaleza glitchy (con fallos técnicos). Es experimental y creo que Demonic fue el medio adecuado para hacerlo.

CI: Cuentas con una gran colección de criaturas. Ahora añades un demonio que parece pájaro, ¿cómo lo concebiste?
NB: Fue raro, tomé inspiración durante la pandemia porque estaba mirando imágenes de las máscaras de la época de la peste en la Edad Media, ese pico largo que tienen. El pico me llevó a la imaginería del cuervo, las plumas y el pelaje negro. Simplemente lo escribí y luego le di mi escrito a Eve Ventrue, una artista conceptual con la que me encanta trabajar. Ella me regresó una imagen que es básicamente el diseño final que está en la película. Cuando la vi inmediatamente pensé “amo a esta criatura”. Construimos el traje de dos metros de la criatura, con un pico animatrónico. Pensé que era posible que a la audiencia no le guste el pico y el look en general, pero la verdad no me importó, simplemente quería ver a esta criatura.
CI: Creo que no había visto antes en el terror sobrenatural a exorcistas con alta tecnología. Lo disfruté bastante.
NB: Es uno de mis elementos favoritos. Cuando empezó la pandemia quise hacer un filme de bajo presupuesto, saqué un montón de ideas que tenía archivadas en mi cabeza y las junté en la película. Una idea que siempre había tenido: ¿qué pasaría si los asesinos masivos en la historia que son líderes políticos, como Stalin, hubieran estado poseídos por un demonio? Si la posesión hubiera provocado lo que sucedió en la historia, el Vaticano necesitaría una unidad masiva y bien financiada para poder lidiar con alguien a esa escala, para poder exorcizar a alguien así. Si se hacen otras películas en el mundo de Demonic, podrías aumentar la escala, podría ser una cuestión casi geopolítica, podrías llevar una posesión demoníaca al terreno de la política. Para esta película, que es más pequeña e íntima, se acomodó con la idea de adquirir compañías tecnológicas que están experimentando con la realidad virtual para personas en coma o situaciones médicas en las que su mente está activa pero no así su cuerpo. Simplemente jugué con esta idea.

CI: La emotividad y los lazos familiares están presentes en tu trabajo desde Sector 9. Demonic es sobre la relación problemática entre una madre y su hija. ¿Qué te inspiró?
NB: Necesitaba un motor emotivo para conducir la historia. Pensé que una relación entre madre e hija sería interesante. Me encanta la idea de que el demonio esencialmente se ha apoderado de la mamá y la ha hecho hacer cosas, de una manera que Carly malentiende. Siempre estás tratando de obtener una reacción emocional de la audiencia entonces espero que la resolución del tercer acto, con Carly y su mamá, sea emotiva, en medio de algo que está diseñado para sentirse como una película de terror. Quería siempre tener mi ojo puesto en las emociones de los personajes, sin importar en qué parte del filme nos encontrábamos.
CI: En el terror de ciencia ficción, sé que la franquicia de Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979) es muy importante para ti. En cuanto a terror sobrenatural, ¿tienes alguna película favorita?
NB: La verdad es que nunca me interesé tanto por el terror sobrenatural. Me gusta El exorcista (The Exorcist, 1973) y amo El resplandor (The Shining, 1980), pero me es difícil mencionar otros filmes de terror que realmente tuvieron un gran impacto en mí. Considero que Alien, el octavo pasajero es tan de terror como de ciencia ficción, esa película me impactó enormemente. Rakka es terror de ciencia ficción, por ejemplo, me encanta estar en esa zona.
El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999) y Actividad paranormal inspiraron Demonic, aunque más porque sus respectivos cineastas tuvieron que financiar esas películas ellos mismos, era lo más inteligente dadas las circunstancias. Cuando la industria del cine estaba detenida por la pandemia, dije “bueno, bien podría filmar algo como Actividad paranormal”, y eso hice.