Una entrevista con Emile Hirsch sobre MIDNIGHT IN THE SWITCHGRASS

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

“La actuación más significante de un joven americano en generaciones”, así describió Sean Penn el trabajo de Emile Hirsch en la épica Camino salvaje (Into the Wild, 2007). Hirsch se transformó físicamente para llevar a la pantalla la aventura liberadora y mortal de Chris McCandless, quien llegó hasta Alaska buscando alejarse de las convenciones sociales. A los 22 años, Hirsch consiguió su rol distintivo que se mantiene como el más reconocido de su extensa filmografía.

Hirsch se encuentra, 14 años después, promocionando Midnight in the Switchgrass (2021), un thriller de crímenes filmado durante la época de COVID-19. Aquí su papel es totalmente serio: Byron, un agente de policía que carga el peso de varios casos no resueltos de mujeres brutalmente asesinadas. El actor americano recordó, en entrevista con Cinema Inferno, que anteriormente había “lidiado con personajes con una mentalidad similar, donde hay mucha profundidad y tristeza. He interpretado a otros policías, también a un Navy SEAL en El sobreviviente (Lone Survivor, 2013)”, sobre una misión comprometida que deja a cuatro SEALs luchando por su vida contra un numeroso grupo talibán.

Al inicio de Midnight in the Switchgrass Byron recibe más malas noticias: se descubrió el cadáver de una prostituta, el séptimo caso similar en dos años, y otra chica desapareció en un motel cerca de una parada de camiones. Todo esto sucede en el Panhandle de Florida. Hirsch conoce bien las historias de crimen situadas al sur de Estados Unidos, basta recordar su participación en Killer Joe, asesino por encargo (Killer Joe, 2011), un pirado y sucio pulp noir tejano de humor negrísimo.

Al respecto, Hirsch comentó: “no sé exactamente qué tienen estos lugares. Creo que, de alguna manera, es su naturaleza rural. Sus historias alejadas de la ciudad y sus espacios más abiertos. Es un área ligada a las tradiciones. En el caso de Midnight in the Switchgrass, mi personaje es un hombre muy religioso. Él y su esposa (Jackie Cruz) son muy creyentes. La clave para mí fue nunca olvidar la idea de que su espiritualidad lo impulsa por una causa justa, pero también resaltar su lucha interna. Similar al personaje de Tommy Lee Jones en Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men, 2007): ese último monólogo en el que le da significado a su existencia y se pone muy filosófico sobre la naturaleza del bien, del mal y del crimen. Quería ver a mi personaje batallar con su propia espiritualidad: las cosas atroces, terribles y tristes que ve pueden deteriorar su fé en Dios. Es cuando su esposa lo trae de vuelta, lo empuja, lo vuelve a inspirar en su trabajo”.

El personaje de Hirsch eventualmente une esfuerzos con Rebecca (Megan Fox), integrante del FBI y parte de una operación encubierta en el mundo de la prostitución y la trata de mujeres. A pesar de no contar con el apoyo total de sus respectivos superiores, Byron y Rebecca son la única esperanza para detener a un asesino serial que en apariencia es sólo un padre de familia (Lukas Haas). En el reparto de Midnight in the Switchgrass también se encuentra el mismísimo Bruce Willis, como el compañero de Rebecca que abandona la peligrosa operación.

“Tenía 19 años cuando conocí a Bruce Willis, estaba trabajando en Sospechas mortales (Alpha Dog, 2006)”, recordó Hirsch. La película inspirada por un caso real sigue el pleito por dinero entre un dealer californiano (Hirsch) y uno de sus secuaces, un ex preso drogadicto y neonazi (Ben Foster). Todo se sale de control cuando el dealer y dos de sus amigos (uno de ellos interpretado por Justin Timberlake) se topan de la nada con el hermano del neonazi, un chico inocente de sólo 15 años (el fallecido Anton Yelchin); lo que sigue es un secuestro no planeado y una verdadera tragedia. En esa película dirigida por Nick Cassavetes, Willis interpreta a un temido criminal, padre del joven traficante.

Hirsch rememoró que la “primera vez que trabajé con Bruce Willis, fuimos por unos tragos, básicamente terminé diciéndole que era su fan durante buena parte de la noche, fue casi vergonzoso. Me encanta trabajar con estos actores legendarios. He aprendido mucho de Bruce, también de Mel Gibson (compartió pantalla con él en La fuerza de la naturaleza). Con estas estrellas de cine fundamentales no te das cuenta de cuántas de sus películas has visto, hasta que realmente revisas sus currículos y descubres que has visto unas 20 de sus películas. Bruce y Mel han hecho muchos clásicos”.

Algo similar me sucedió al revisar la filmografía de Hirsch para preparar esta entrevista, sin duda cuenta con un gran número de títulos valiosos. Antes de Camino salvaje, Hirsch destacó en películas como la ya mencionada Sospechas mortales, la divertida La chica de al lado (The Girl Next Door, 2004) –una suerte de antecesora espiritual de Supercool (Superbad, 2007), con un adolescente impopular que se enamora de su bella vecina (Elisha Cuthbert) cuyo pasado está conectado con la industria pornográfica–, y Los amos de Dogtown (Lords of Dogtown, 2005), un energético retrato de la salvaje juventud californiana que en los setenta fue vital para la evolución del skateboarding, gracias a la influencia del surf y patinar en piscinas vacías.

Es especialmente valioso ver estas producciones hoy porque son los primeros pasos de otras estrellas además de Hirsch, quien durante la entrevista alabó a sus contemporáneos: “Paul Dano y yo trabajamos juntos en tres películas: The Emperor’s Club (2002), La chica de al lado y Bienvenido a Woodstock (Taking Woodstock, 2009), aunque en esta última no compartimos pantalla. Me encanta el trabajo que ha hecho, esa película sobre Brian Wilson (Amor y compasión); en esa misma película también me encanta John Cusack, con quien pude trabajar en Never Grow Old (2019). Jesse Eisenberg también salió en The Emperor’s Club, todos teníamos 16 o 17, luego hizo Red social (The Social Network, 2010) y otras grandes interpretaciones. Juno (Temple) estuvo asombrosa en Killer Joe, asesino por encargo, ahora es grandioso verla haciendo todo tipo de cosas. Es simplemente increíble”.

El carismático Hirsch no se ha quedado atrás. Después de Camino salvaje llegaron protagónicos en filmes como la infravalorada Meteoro, la película (Speed Racer, 2008), o Prince Avalanche (2013), una muy graciosa y significativa oda a la amistad. También colaboraciones con grandes como William Friedkin (Killer Joe, asesino por encargo), Gus Van Sant (Milk, un hombre, una revolución, una esperanza), Oliver Stone (Salvajes) y Quentin Tarantino (Había una vez… en Hollywood).

Ante los límites temporales de nuestra entrevista, decidí preguntarle a Hirsch en específico sobre su experiencia bajo la dirección de Friedkin y Tarantino, quienes en palabras del actor “están a la par en su habilidad para expresarse”.

En Killer Joe, asesino por encargo el personaje de Hirsch es parte de una familia bastante disfuncional: la hija adolescente (Juno Temple) termina en manos de un detective y matón (Matthew McConaughey) como anticipo porque el altanero pero nada brillante hijo (Hirsch), y el usualmente distraído padre (Thomas Haden Church), no tienen el dinero para pagar por adelantado el asesinato de la madre. “Friedkin es impredecible y explosivo, te diviertes con él porque nunca sabes lo que hará. En ocasiones filmaba toda mi parte en una sola toma, es muy seguro de sí mismo y no necesita protección. No sé si he trabajado con otro director tan carismático como Friedkin”, se preguntó Hirsch.

Hirsch se convirtió en Jay Sebring, estilista y ex de Sharon Tate (Margot Robbie), en Había una vez… en Hollywood (Once Upon a Time… in Hollywood, 2019). Entre sus momentos más memorables están su baile en la mansión Playboy a ritmo de “Son of a Lovin’ Man”, sus interacciones con Charles Manson (Damon Herriman) y, al final, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio). De acuerdo con Hirsch, “Tarantino emana alegría de vivir. Probablemente hay muchas personas tan inteligentes como Quentin en el mundo, pero no todas tienen la misma pasión, eso es lo que lo separa. Es como un niño, genuinamente ama contar historias, las películas o escribir una novela. Es un narrador natural y talentoso. En Había una vez… en Hollywood tuve 18 o 19 días de filmación, distribuidos en unos cinco meses. Fue un privilegio poder pasar todo ese tiempo alrededor de Tarantino”.

Al regresar a algunos de sus papeles más memorables, Hirsch no evitó sentirse sorprendido por su propio recorrido: “llevo actuando profesionalmente 26 años ininterrumpidos. Es gracioso que a veces se me olvide esto, pero luego pienso: ‘wow, literalmente llevo 26 años, Dios mío’. Es de locos”.

Midnight in the Switchgrass se puede ver en cines de Estados Unidos y VOD. También está disponible en Blu-ray y DVD.

SXSW 2021: “SWAN SONG, el filme más importante de mi carrera”, entrevista con Udo Kier

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

En Swan Song (2021), primer largometraje en 13 años del americano Todd Stephens, el alemán Udo Kier construye un personaje esencial dentro de una filmografía prolífica y legendaria: más de 250 créditos y colaboraciones con grandes como Paul Morrissey, Rainer Werner Fassbinder, John Carpenter, Dario Argento, Wim Wenders, Lars von Trier y Gus Van Sant. 

Kier le da vida al señor Pat, un antiguo estilista que ahora reside en un asilo para personas mayores, donde se entretiene doblando servilletas y fumando a escondidas cigarrillos More. Pat tuvo hace muchos años de clientela a las socialites de Sandusky, Ohio. Swan Song es la entrega final de una “trilogía” situada en el pueblo natal de Stephens. 

La “trilogía Ohio” comenzó con Edge of Seventeen (1998), escrita y producida por Stephens, y dirigida por David Moreton. Es una historia coming-of-age que se desarrolla en 1984, el protagonista, Eric (Chris Stafford), es un adolescente que, mientras cumple con un trabajo de verano, siente atracción por un compañero abiertamente gay. Eric sueña con irse a Nueva York para estudiar música, poco a poco se hace evidente su orientación sexual: cambia su cabello, ropa, se maquilla, en un punto baila desinhibido en una fiesta. Estos cambios provocan que enfrente varios conflictos, rechazo y confusión. Le rompe el corazón a una chica, se da cuenta que su romance gay no es correspondido (además, descubre el sexo casual), y su madre no sabe exactamente cómo reaccionar. Edge of Seventeen es un filme sobre aceptarse a sí mismo sin importar lo demás.

Stephens debutó como director con Gypsy 83 (2001), otra coming-of-age protagonizada por un par de amigos “desadaptados” y “diferentes” que viven en Sandusky. Gypsy (Sara Rue) es una joven que idolatra a Stevie Nicks y sueña con triunfar como cantante, algo que se liga dolorosamente con su madre: la abandonó con su padre cuando era pequeña porque persiguió su sueño musical. El mejor amigo de Gypsy, Clive (Birkett Turton), tiene un look gótico a lo Robert Smith (no es coincidencia que haya música de The Cure) y a lo largo de la película batalla para aceptar su preferencia sexual. Desarrollada en clave de road movie –los amigos se dirigen a Nueva York para un show homenaje a Nicks–, Gypsy 83 aboga por seguir adelante y perseguir tus sueños, a pesar del entorno rechazante o tus propios miedos. 

Todd Stephens cerró 20 años después su “trilogía Ohio”, retratando a un personaje de la vida real determinante para el cineasta durante sus años formativos en Sandusky. El protagonista de Swan Song fue “un modelo a seguir para mí mientras crecía”, reveló Stephens en entrevista con Cinema Inferno y agregó: “siempre sentí que no encajaba en mi propio pueblo. Si bien ha cambiado a lo largo de los años, era un lugar muy conservador en ese entonces. Pat era lo opuesto: un pavo real resplandeciente. Me dio el valor para aceptar que estaba bien ser diferente. Siempre había querido hacer un filme sobre él y homenajearlo, escribí un personaje del señor Pat en mi primer filme Edge of Seventeen pero fue eliminado. Parte del problema fue que no encontramos a la persona correcta para interpretarlo, se requiere de un actor muy especial. Eso fue hace 20 años, en todo este tiempo sabía que cuando llegara el momento adecuado, haría mi película del señor Pat”.

Aquí entra el gran Udo Kier, capaz de entregar interpretaciones con más de una capa. Kier comentó sobre este papel que “después de hacer El pájaro pintado (The Painted Bird, 2019), leí el guión de Swan Song y me gustó. Luego de ser siempre el gángster malvado o el vampiro, no sólo quería interpretar este papel sin agresión ni destrucción, me quería convertir en Pat. Cuando fui a Sandusky, caminé por el pueblo, visité los lugares, los bares a donde solía ir el Pat real. También platiqué con sus amigos, me hablaron de cómo se comportaba, de sus pequeños movimientos corporales. Pat era una leyenda en este pueblo porque era diferente, nadie era agresivo hacia él”.

Al principio de Swan Song, el señor Pat recibe la noticia de la muerte de Rita Parker-Sloan (Linda Evans), su mejor clienta y amiga. La señora manifestó en su testamento el deseo de que Pat fuera el estilista para su funeral a cambio de $25 mil dólares. Aunque Pat rechaza inicialmente la jugosa oferta, pronto regresa a Sandusky casi sin dinero, con notorios problemas de salud y mucha actitud.

Conforme el señor Pat vuelve a los lugares de Sandusky que lo marcaron, se enfrenta a los recuerdos y al inevitable paso del tiempo reflejado en drásticos cambios en el pueblo. Ciertas heridas aún no sanan. “No quería que el conflicto en la historia fuera el ser gay. Hay muchos filmes así, incluidos los que yo he hecho. Quería ir más allá, lidiar con el envejecimiento, con haber vivido más que todos tus amigos y tu pareja”, afirmó Stephens. 

Así se revela el pasado trágico de Pat, quien lo perdió todo. Su antigua pupila Dee Dee Dale (Jennifer Coolidge) puso su propio salón de belleza y triunfó. Su pareja David (Eric Eisenbrey) falleció a causa del VIH. Su amiga y clienta Rita ni siquiera asistió al funeral, entendemos que esa relación siempre estuvo condicionada por la apariencia externa en una época más difícil para la comunidad LGBT. Swan Song, como las otras películas de la “trilogía Ohio”, es cine íntimo de personajes que alcanza un nivel diferente de relevancia social.

Stephens recordó que su pequeño pueblo fue “golpeado duramente por el sida, realmente diezmó a la comunidad, incluidos muchos amigos de Pat. Hay toda una generación perdida de la comunidad. Es una historia que espero que la gente no olvide. Ojalá la generación joven no olvide lo que la generación mayor tuvo que atravesar para ayudar a cimentar el camino”. El filme está dedicado a la memoria de las víctimas de la pandemia del VIH. 

Swan Song es nostálgica y melancólica, también jubilosa e inspiradora. Pat no desaprovecha la oportunidad de hacer otra vez lo que siempre amó: arreglarse, ir al bar gay local, bailar, subirse al escenario y, claro, seguir al pie de la letra su singular ritual estilista. Asimismo, es tiempo para el protagonista de sanar heridas, conocer las vidas que cambió y lo eterno de su legado. De acuerdo con Stephens, “Pat era un artista con sus manos, entonces se trata también de haber perdido lo que amabas y redescubrirlo. Pat redescubre la vida luego de haberse rendido”. 

Los seguidores del cine de género nos hemos encontrado seguido con Udo Kier en años recientes. Tuvo papeles secundarios en producciones como The Editor (2014), Brawl in Cell Block 99 (2017) y Puppet Master: The Littlest Reich (2018). En Iron Sky: The Coming Race (2019) interpretó dos personajes, regalándonos ese delirante momento con Adolf Hitler montando un T-Rex en el lado oscuro de la Luna. 

Resulta especialmente refrescante y maravilloso ver a Kier en Swan Song, disfrutando a lo grande ser otra vez el centro de atención. “Esta es la primera vez en mucho tiempo que todo se trata sobre mí, eso hace la diferencia. Cuando trabajé en Ace Ventura: Detective de mascotas (Ace Ventura: Pet Detective, 1994) o Armageddon (1998), tuve una o dos escenas. Pero desde Flesh for Frankenstein (1973) y Blood for Dracula (1974) no había sido el actor principal absoluto. Esto es muy importante para mí”, subrayó Kier.

“No actué ni imité a Pat, me convertí en Pat, un hombre que al recibir ese traje verde revive. La gente se ríe o llora porque es sobre una persona real. Algunos amigos muy cercanos vieron la película y me dijeron: ‘Udo, nunca te habíamos visto así’. Todd no debería escuchar lo que te voy a decir: Swan Song es el filme más importante de mi carrera”, concluyó tajantemente el legendario actor.

Udo Kier habla sobre PUPPET MASTER: THE LITTLEST REICH y el remake de SUSPIRIA

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Tras 11 películas, además de un spin-off para el canal Syfy, la franquicia de Puppet Master está de regreso con un reboot en el que el legendario actor de origen alemán Udo Kier interpreta al titiritero Andre Toulon. Si bien en el prólogo del filme original de 1989 Toulon es perseguido por el Tercer Reich, y secuelas/precuelas subsecuentes como Puppet Master III: Toulon’s Revenge (1991) continuaron explorando su rol inicial como víctima y luego como victimario de los nazis, Puppet Master: The Littlest Reich (2018) presenta el escenario opuesto.

Esta nueva versión muestra a Toulon como un titiritero maligno que trabajó para la Alemania nazi y que, incluso muchos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, continuó usando a sus violentas marionetas para llevar el horror del Tercer Reich hasta Estados Unidos. La trama central nos sitúa en un pueblo de Texas, 30 años después de los llamados “Asesinatos de Toulon”, y se enfoca en el brutal regreso de las marionetas nazi, a pesar de que Toulon fue asesinado por la policía local a finales de los años ochenta.

Dirigida por el dúo sueco Sonny Laguna y Tommy Wiklund, y escrita por S. Craig Zahler (mente detrás de Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99), la ya controversial Puppet Master: The Littlest Reich se estrenó en cines de Estados Unidos, VOD y Digital HD el viernes 17 de agosto. Para celebrar el lanzamiento de la mejor, más violenta y demente cinta en toda la historia de la franquicia de Puppet Master, a continuación les comparto mi entrevista con Udo Kier, quien también habló de otras de sus películas como Flesh for Frankenstein (1973), Blood for Dracula (1974) y Suspiria (1977).

Cinema Inferno: En algunas de las películas anteriores de Puppet Master, el personaje de Andre Toulon fue víctima de los nazis, pero ahora él es nazi. ¿Cómo fue el proceso para darle vida a esta nueva versión del personaje? ¿Vio algunas de las otras cintas de Puppet Master?

Udo Kier: Había visto Puppet Master (1989), pero sólo la primera. Recuerdo una cosa muy bien, cuando él pinta al pequeño títere blanco. Eso era lo único que recordaba básicamente.

Ahora, el escritor de Puppet Master: The Littlest Reich es S. Craig Zahler. Había trabajado con él en Brawn in Cell Block 99 (2017), la cual escribió y dirigió; luego él me llamó y dijo, “estoy haciendo un filme con Mel Gibson en Canadá [Dragged Across Concrete] y también un filme con Dallas Sonnier –quien es el productor de las dos cintas que mencioné–, Puppet Master, lo escribí pero no lo voy a dirigir, aunque escogí a un par de directores jóvenes de Suecia”. Le dije OK y entonces fui con Craig.

Lo interesante es que no me preparé para la película sino que tuve que estar sentado en una silla durante cuatro horas para el maquillaje; no me miré en el espejo hasta que había terminado. Después de cuatro horas, me vi, me sorprendí, luego tuve que hacer una escena maravillosa con dos chicas, y se terminó.

Fui a Nueva Orleans tras hacer un filme en Brasil con Kleber Mendonça Filho y Sonia Braga [Bacurau], entonces en mi camino de regreso a Los Ángeles pasé por Nueva Orleans y ahí fue donde vi Puppet Master: The Littlest Reich por primera vez y sí, me gustaron las marionetas malignas. ¡Son muy malvadas!

En ese sentido, pienso que es una película divertida pero algunas personas podrían pensar que es políticamente incorrecta porque las marionetas son malignas y nazis. ¿Qué piensa de esta época donde la gente critica a un filme sólo porque consideran que no es políticamente correcto?

Es una película, para empezar. Una película de horror. No creo que sea políticamente incorrecta, son marionetas, son nazis y matan, pero no hacen nada de propaganda diciendo “somos buenos, somos nazis”. Todos sabemos la horrible época política que se vivió. Al haber nacido en Alemania, aún pienso mucho en esto, pero por ejemplo, he interpretado a Adolf Hitler en algunas ocaciones, en Iron Sky (2012), pero nunca en mi vida he interpretado a un nazi serio, como de documental. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Que las marionetas tengan el emblema nazi en sus brazos, no lo llamaría políticamente incorrecto.

Usted es ahora un colaborador frecuente de S. Craig Zahler. ¿Diría que él es una de las nuevas voces a seguir dentro del cine delirante de género?

Conozco a mucha gente, personas grandiosas como Alexander Payne y Gus Van Sant, he trabajado con ellos, pero lo que me gusta de Craig Zahler es que es un escritor impresionante. Trabajaré con él, si es posible, una y otra vez. Él es diferente, sus filmes son diferentes, y Puppet Master: The Littlest Reich es diferente aunque sólo conozco la primera y he escuchado que también hay otra cinta de Puppet Master en la que son nazis, pero no lo sé. Siempre me gustó el filme original.

¿Qué opina de la tendencia de hacer remakes de clásicos como Suspiria de Dario Argento?

Hice Suspiria con Dario Argento hace 40 años y ahora han hecho una nueva versión. Amo a Tilda Swinton y es una actriz maravillosa, pero no traté de aparecer en esta película. No traté de aparecer en The Kingdom de Lars von Trier cuando Stephen King escribió la nueva serie [Kingdom Hospital]. Si estoy en la original, ¿por qué debería aparecer en la copia o la secuela?

¿Qué opino del remake de Suspiria? Estoy feliz porque a la gente le gusta tanto la primera que hacen otra. Mira, hice Blade (1998) con Stephen Morrington dirigiendo y Wesley Snipes. Me gusta la primera pero ni siquiera vi la segunda ni la tercera, porque salgo en la original.

Si bien actualmente trabaja en proyectos de género, también lo hace en filmes de Gus Van Sant y obviamente de Lars von Trier. ¿Cómo funciona esto? 

Dado que en los setenta Flesh for Frankenstein en 3D y Blood for Dracula fueron muy exitosas, mucha gente me ofrece películas de terror, les gusta lo que hice en ese par de películas. Me gustan las películas de terror porque no es la realidad, entonces puedes inventar movimientos, la forma en cómo hablas y lo que dices.

Me divierto si hago un filme de horror como Cigarette Burns (2005) de John Carpenter [parte de la serie Masters of Horror], siempre quise trabajar con él. Es tan ridículo que me abra el estómago con un cuchillo y que ponga mis intestinos dentro de un proyector de cine, pero es lo que es.

Si trabajo con Gus Van Sant, no actúo, sólo soy yo sentado en un cuarto. La frase favorita de Lars von Trier, para cualquiera, es “no actúes”, lo cual no es fácil, no actuar cuando has hecho muchos filmes. Pero de nuevo, es lo que es.

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De su impresionante y diversa filmografía, ¿tiene algunos personajes favoritos?

Como actor, son las películas que fueron aclamadas por los críticos y el público, o Flesh for Frankenstein Blood for Dracula de Paul Morrissey, las cuales fueron conocidas a nivel mundial y todos hablaban de ellas. Eso es bueno para uno como actor, es lo que te gusta.

Una versión diferente de este texto fue publicada originalmente en Screen Anarchy.