Fantastic Fest 2019: Vampiro Canadiense y Michael Paszt hablan de NAIL IN THE COFFIN: THE FALL AND RISE OF VAMPIRO

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Como apunté en mi crítica, Nail in the Coffin: The Fall and Rise of Vampiro (2019) es el documental que aborda la vida de Ian Hodgkinson, mejor conocido como el luchador Vampiro Canadiense.

Más allá de que funciona como repaso de la vida de su protagonista –de joven promesa del hockey a inspirarse en la música punk para comenzar a luchar–, las dos principales aportaciones del documental dirigido por Michael Paszt son su acercamiento a lo que ocurre detrás de cámaras en las funciones de lucha libre y, por supuesto, esa vertiente totalmente personal que revela a Ian como alguien que trata en todo momento de ser un buen padre. 

Un día después del estreno mundial de Nail in the Coffin: The Fall and Rise of Vampiro, platicamos con Vampiro y también con el director Paszt para conocer más detalles del documental.

Cinema Inferno: ¿Qué era especial de la lucha libre mexicana en los años noventa?

Ian Hodgkinson (Vampiro Canadiense): En los ochenta, el gobierno, el PRI, no permitía la música en vivo en México. En el principio de los noventa, fueron a México U2, Metallica, grupos así, y el gobierno abrió los canales de televisión: MTV estaba al aire en México, entonces sucedió toda la revolución del cabello largo, Pearl Jam, Guns N’ Roses. Los jóvenes estaban listos para esa energía y, al mismo tiempo, la lucha llegó a la televisión. Vampiro tenía el look de MTV. Todo eso en conjunto fue la razón del gran impulso. 

¿Para ti cual fue la principal atracción hacia este tema?

Michael Paszt: Yo crecí viendo lucha y me terminé mudando a la Ciudad de México en 2001, ahí era reportero para Súper Luchas; me contrataron porque era de Canadá y me pidieron hacer historias internacionales. De ahí, me pregunté “¿quién es Vampiro?” y eventualmente lo localicé, nos conocimos y nos hicimos amigos. Años después, nos volvimos a encontrar. Las luchas han sido mi vida desde que tenía cinco años. 

¿Cómo fue el proceso para elegir lo que vemos en el documental? Dado que no es sobre la historia de la lucha libre y al final se enfoca mucho en la relación de Ian con su hija Dasha.

Paszt: Es una buena pregunta. Hay mucho, tantas historias, tú eres de México entonces seguramente sabes todo lo que él ha hecho. Nosotros miramos todo, la música, este show de televisión Extranormal, lucha, cocina, todo. Pero luego tienes que pensar “¿cuál es el corazón de la historia?”. Y como yo o como cualquiera, simplemente estamos tratando de sobrevivir, tenemos familia y al final del día, la familia lo es todo. Yo también soy papá, de dos hijas, entonces dijimos “ese es el corazón” y lo demás es lo que lo rodea. 

¿Dudaste al contar tu historia? ¿Qué te hizo aceptar el acercamiento de Michael?

Hodgkinson: Confío en Michael, somos más que amigos, somos familia. Él se me acercó con esta idea y yo dije “no me pidas participar en la parte creativa, tú cuenta la historia, yo sólo te contaré todo… no me preguntes, simplemente hazlo”, porque yo quería su versión, yo conozco mi versión y no creo que sea una muy buena versión. Cuando le confías a alguien más tu historia, es todo un proceso, y tenía mucha curiosidad. Él tenía un sueño, una visión, y cuando alguien se apasiona tanto por un sueño o una visión, necesitas apoyarlo. 

Otro tema muy importante del documental es que ahora trabajas en la producción de programas de lucha libre para televisión, vemos que es una actividad intensa. ¿Cómo sucedió esto?

Hodgkinson: Yo era un personaje, entonces para continuar con mi personaje necesitaba expandirme porque se hizo aburrido ser Vampiro. Crear detrás de cámaras es una evolución. Simplemente fue una oportunidad para ser más creativo, es la única razón. 

Y soy un tipo intenso, la mayoría de los productores de televisión no son así pero la forma en cómo Vampiro es en el ring, es muy intenso, entonces no conozco otra manera: golpear, sudar, gritar, es sólo parte del proceso. 

¿Cómo fue tu reacción inicial al atestiguar esta intensidad entre bastidores?

[Hodgkinson se ríe].

Me encantaron esas escenas del documental, son fantásticas. 

Paszt: Triplemanía XXV fue el show más grande de la compañía hasta ese momento. Fue puro caos organizado. Sin duda pudimos haber enloquecido, pero nos tomamos nuestro tiempo y nos mantuvimos enfocados en Ian. Te podías perder en la locura, pero nos enfocamos en él. Tuvimos la fortuna de contar con otras cámaras para tener metraje. Es impresionante, lo que ocurre detrás de este negocio es increíble. La compañía AAA nos recibió con los brazos abiertos, aún cuando en México no suelen dejarte estar entre bastidores, pero fueron muy cálidos y confiaron en nosotros, en que no íbamos a revelar los secretos. 

En estas secuencias siempre vemos cómo tratas de mantenerte en contacto con tu hija. ¿Cuál es la principal dificultad al balancear tu vida profesional en México con la personal en Canadá?

Hodgkinson: No lo veo como algo difícil porque es lo que he hecho durante toda su vida. Es un reto para la gente que trabaja conmigo, como Triplemanía, una gran producción televisiva, yo detengo la producción para hablar con mi hija. No tengo ningún problema en hacerlo, pero los demás se tienen que adaptar, ¿me entiendes? 

El punto es: no hay trabajo, no hay carrera en la vida que sea más importante que tu familia, porque si no tienes armonía en tu familia, el trabajo no significa nada. Mi hija necesita a su padre, más de lo que la lucha necesita a Vampiro. Ese es el punto. 

¿Ya vio el documental tu hija?

Hodgkinson: No.

¿Cómo imaginas que será su reacción?

Hodgkinson: Creo que será difícil para ella, porque yo me divorcié cuando ella tenía dos años. Entonces, ella nunca ha visto a sus padres juntos de una buena manera. 

Me tomó por sorpresa cuando vi el metraje de la boda, no lo había visto antes, y no sé cómo reaccionará mi hija a esto. Ella dice que su mayor tristeza es que no conoce a sus padres juntos, yo le digo “bueno, sí había amor, sí existió una relación”, porque su madre se volvió a casar y tiene otra familia. Mi hija no conoce sus orígenes. Creo que esto le va a pegar muy duro; la película la hará feliz, se va a reír de su papá, estoy seguro, pero creo que esto será un momento determinante para ella, que le cambiará la vida. Yo no me lo esperaba, no le he dicho, no le quiero decir porque sé que no la vería, pero quiero estar a su lado cuando suceda porque sé que la afectará. 

Michael, sé que ayer [viernes 20 de septiembre de 2019] en Fantastic Fest fue la primera vez que Ian vio el filme. ¿Te pusiste nervioso al mostrarle el producto completado?

Paszt: Absolutamente, tenía nervios, pero lo bueno es que suficientes personas ya habían visto la película, en otros festivales, programadores y gente así. Si alguien hubiese dicho algo, pero todas sus reacciones fueron muy positivas. Sentí confianza. 

Cuando estás haciendo el documental, tienes que ser observador y no hacer juicios, no estábamos ahí para juzgar su vida. Al final, la gente nos dijo “sí, esto es grandioso, el público quiere verlo”. Así que con esto me sentí aliviado. 

Sé que es difícil, pero ¿cómo te sientes ahora que ya viste el documental?

Hodgkinson: Estoy extremadamente orgulloso de él [Michael], aprendí una increíble lección que no se trata sobre mi, aunque haya sido mi vida, pero ya no es más mi historia. Cuando haces estas cosas, tienes que dejar ir tu ego porque la gente te dirá lo que ellos sintieron, entonces no te lo puedes tomar personal. 

Estoy increíblemente agradecido… aunque estaba esperando algo completamente diferente, estaba esperando más de mis orígenes, la música, etc., pero cuando vi la historia que él contó, y vi a este tipo roto que está luchando por su hija, ya no soy ese tipo, he dado pasos en mi vida para ser mejor. Entonces es interesante ver lo que otros piensan de ti, porque no importa si yo pienso que estoy bien, alguien más te ve de forma diferente. Así que ayer aprendí mucho de la película. 

Paszt: Cuando haces una película, te toma un par de años, entonces vas en un viaje juntos. Cuando lo conocí primeramente hace tres años, él pesaba 330 libras, y to también pesaba más, al menos 20 libras más. Pero entre la filmación, hablar de las decisiones de vida y cosas así, hay un crecimiento que sale de esto. Yo también soy una persona diferente ahora. Él me enseñó muchas cosas en ese sentido. Cuando estás filmando, muchas veces dudas, pero él decía “hazlo, filma, luego puedes ofrecer disculpas”. Obtienes confianza y te transformas, ahora los dos somos más fuertes. 

La secuencia más poderosa para mi es cuando conocemos el diagnóstico del Alzheimer de Ian, pero inmediatamente después lo vemos luchar contra Konnan…

Paszt: ¡Eso fue apenas el mes pasado! Es sólo parte del viaje. La idea era que, sí, ahí está el diagnóstico pero al mismo tiempo, él no lo está escuchando, no le importa, no lo va a detener y seguirá luchando, esa es la esencia de hecho: la lucha por la vida, eso es lo que está haciendo. 

Hodgkinson: Sólo porque estoy enfermo, no significa que debo dejar de vivir. Ojalá que la gente con enfermedades mentales pueda seguir mi ejemplo; porque te puedes sentar, decir “pobre Vampiro”, o decir “échale ganas cabrón”. 

Me sorprendió ver ese momento, sería más cool si pusieras la secuencia completa, desde que salí y la gente se volvió loca. ¿Puedes ajustar eso?

Paszt: Es posible, sí. 

Hodgkinson: ¿Por qué? Porque la gente escuchará cómo este cabrón sigue siendo popular.

Fantastic Fest 2019: NAIL IN THE COFFIN: THE FALL AND RISE OF VAMPIRO, una vida entera en el cuadrilátero

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Para quienes no están familiarizados con la lucha libre nacional de los años noventa, el documental Nail in the Coffin: The Fall and Rise of Vampiro (2019) introduce a su protagonista Ian Hodgkinson (mejor conocido como el Vampiro Canadiense) como una de las grandes estrellas del pancracio de esa época. Ian llegó a México desde Canadá en 1991 y gozó de bastantes reflectores, particularmente por su actitud y look rebelde que conquistó a buena parte de la audiencia femenina. Asimismo, el documental dirigido por Michael Paszt ofrece una mirada al significado que tiene la lucha libre en nuestro país, aunque, en realidad, el filme no se enfoca en la época de gloria de Vampiro ni en la historia de este deporte/espectáculo. 

Nail in the Coffin: The Fall and Rise of Vampiro toca varios de los temas explorados en la destacada ficción El luchador (The Wrestler, 2008), de Darren Aronofsky, al centrarse en la mirada de un hombre maduro (actualmente Ian tiene 52 años) cuya mejor época quedó en el pasado, sin embargo le es imposible alejarse de su oficio sin importar todos los riesgos que eso conlleva. Más de 25 años de lucha profesional han dejado evidentes secuelas en la salud del famoso Vampiro (diversas concusiones y problemas para caminar bien) aunado a que desde muy chico siempre tuvo una vida complicada –aprendemos, por ejemplo, que en algún punto trabajó para el crimen organizado en su país natal– y que recientemente fue diagnosticado con principios de Alzheimer. Pero si algo lo ha mantenido ligado a la lucha libre es la necesidad de sacar adelante a su hija adolescente Dasha, laborando como coordinador de las transmisiones de Lucha Underground (un programa de El Rey Network y la AAA que lo hace viajar constantemente a la Ciudad de México) y subiendo al cuadrilátero de vez en cuando. 

Más allá de que funciona como repaso de la vida de su protagonista –de joven promesa del hockey a inspirarse en la música punk para comenzar a luchar–, las dos principales aportaciones del documental son su acercamiento a lo que ocurre detrás de cámaras en las funciones de lucha libre y, por supuesto, esa vertiente totalmente personal que revela a Ian como alguien que trata en todo momento de ser un buen padre. 

La intensidad con la que Ian afronta la tarea de coordinar los shows de la AAA, de lidiar con luchadores problemáticos y a veces de volver al ring para arriesgar su vida, contrasta con su deseo de llevar una vida tranquila en Canadá junto a su hija y sus videojuegos. Es ahí donde surge esa visión relevante sobre una práctica como la lucha libre, siendo la secuencia más poderosa de todo el documental cuando, luego de saber sobre el serio diagnóstico del Alzheimer, lo vemos de vuelta en el ring para intercambiar madrazos con su rival clásico Konnan, con prácticamente la misma intensidad con la que trabaja en las transmisiones televisivas y con la que luchaba en sus mejores días. 

Parafraseando las palabras del crítico de cine Roger Ebert sobre El luchador: en Nail in the Coffin: The Fall and Rise of Vampiro queda claro que la lucha libre podrá ser un “deporte falso”, donde se sigue un guión, pero como “actividad” (siempre riesgosa cabe añadir) no podría ser más real. Y como al protagonista de El luchador, interpretado dolorosamente por Mickey Rourke, a Vampiro parece que ninguna adversidad podrá alejarlo del cuadrilátero.