Nightstream 2020: Los filmes y eventos más anticipados

Son tiempos complicados. La pandemia de la COVID-19 ha afectado profundamente a todo tipo de industrias. La del cine se ha quedado prácticamente sin estrenos de gran magnitud y el modelo de exhibición en salas, naturalmente, ha entrado en la que es probablemente su peor crisis. 

Los festivales cinematográficos, eventos que usualmente van de la mano con el turismo en su respectiva ciudad sede, han tenido que reinventarse. Algunos, como Cannes, no se llevaron a cabo. Otros, como el Black Canvas FCC o el Fantastic Fest, apostaron por una modalidad híbrida: funciones en salas y otras en streaming. 

Nightstream, por su parte, es una propuesta única, se trata de un festival virtual que ha sido organizado en conjunto por cinco festivales de cine de género: Boston Underground Film Festival, Brooklyn Horror Film Festival, North Bend Film Festival , Overlook Film Festival y Popcorn Frights Film Festival. El trabajo en equipo ha resultado en uno de los programas más atractivos de este inusual año.  

Cinema Inferno es uno de los medios oficialmente acreditados para cubrir Nightstream, del 8 al 11 de octubre. Si bien no todo el programa estará disponible para los medios extranjeros, a continuación les dejamos los filmes y eventos más atractivos de este encomiable esfuerzo colectivo.

Películas

Deadline 

Por más que los festivales sean atractivos por sus estrenos, siempre debemos prestarle atención a sus rescates de cine de antaño. 

Deadline (1980) es un exponente de la Canuxploitation (cine de explotación canadiense), sobre un escritor de terror en decadencia. Nightstream estrenará mundialmente su versión restaurada, presentada por Vinegar Syndrome y el American Genre Film Archive (AGFA). 

Frank & Zed

¡Una película de terror protagonizada por marionetas! No se necesita saber mucho más de Frank & Zed (2020) para que sea el estreno mundial que más nos emociona del Nightstream. Dirigida por Jesse Blanchard, esta labor titánica sigue a dos monstruos que son atacados en su castillo por una muchedumbre. 

Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist

Es el nuevo trabajo de Alexandre O. Philippe, quien ya se ha convertido en algo así como el documentalista oficial del cine de género. En años recientes ha explorado Psicosis (Psycho, 1960), en 78/52 (2017), y Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979), en Memory: The Origins of Alien (2019). Toca el turno de abordar la controversial e influyente El exorcista (The Exorcist, 1973). 

Mandibules

Quentin Dupieux es uno de nuestros directores contemporáneos favoritos, un verdadero genio de la comedia y de lo absurdo (aquí pueden leer las reseñas de Keep an Eye Out y Deerskin). Su nuevo largometraje, Mandibules (2020), tuvo una gran recepción en el Festival de Venecia, se ha dicho que es su filme más accesible. La premisa no podría ser más extraña y atractiva: dos amigos se topan con una mosca gigante y la deciden entrenar para ganar dinero. Suena a que estamos ante una de las grandes comedias, con toque fantástico, del año. 

The Doorman

Acabamos de ver la gran película de acción Crazy Samurai Musashi (2020) en la edición virtual del Fantasia International Film Festival. Su protagonista, Tak Sakaguchi, se dio a conocer gracias a Versus (2000), dirigida por Ryûhei Kitamura, quien precisamente es el hombre detrás de The Doorman (2020). La actriz Ruby Rose (quien aparece en John Wick 2: Un nuevo día para matar) protagoniza este thriller de acción en el que una portera de un rascacielos neoyorquino tiene que lidiar con un grupo de ladrones de arte (quienes son liderados por el personaje de un viejo conocido: Jean Reno).

The Queen of Black Magic 

Joko Anwar, uno de los cineastas más consolidados de Indonesia (recientemente filmó la película de superhéroes Gundala), escribió el guión de The Queen of Black Magic (Ratu Ilmu Hitam, 2019). Dirigida por Kimo Stamboel (responsable del filme de acción Headshot, con Iko Uwais de La redada), The Queen of Black Magic promete terror y gore, a partir de una historia sobre una familia que visita el orfanato donde creció el padre. 

The Obituary of Tunde Johnson

Ya lo mencionábamos en el texto de Vampiros vs. el Bronx (Vampires vs. the Bronx, 2020): el cine de género es adecuado para abordar temas de relevancia social. The Obituary of Tunde Johnson (2019) es otro filme con base en un time loop (bucle temporal), su peculiaridad es que es un comentario sobre la brutalidad policial en contra de los afroamericanos (pocos temas más pertinentes hoy en día). El protagonista es un joven negro que vivirá una y otra vez el día en el que es detenido y asesinado por la policía. 

Eventos

Virtual Fireside With Nia DaCosta 

La joven cineasta Nia DaCosta charlará sobre su carrera y, por supuesto, la esperada nueva entrega de Candyman (2021), cuyo estreno fue pospuesto por la pandemia hasta 2021.

The Morbido Crypt’s Guide to Mexican Fantasy and Horror Cinema

Nuestro amigo Abraham Castillo Flores, programador de Mórbido Fest, presentará un panel que le dará el valor que merece al cine de terror y fantástico mexicano, usualmente menospreciado por nuestras propias instituciones. 

25th Anniversary Celebration of Tales from the Hood with Rusty Cundieff 

En el panorama actual de creciente tensión racial en Estados Unidos, la antología de terror Tales from the Hood (1995) parece igual o más relevante que en la época post-Rodney King. Nightstream ofrecerá una charla, por motivo de los 25 años del filme, con su director Rusty Cundieff.

VAMPIROS VS. EL BRONX, los pequeños Blade

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

El cine de género históricamente ha sido adecuado para abordar cuestiones de relevancia social. Este año, por ejemplo, una película de zombies tocó el tema del colonialismo y las reservas indígenas en Canadá (Blood Quantum, de Jeff Barnaby). Ahora un filme de vampiros aborda la gentrificación, específicamente del Bronx en Nueva York. Estoy hablando de Vampiros vs. el Bronx (Vampires vs. the Bronx, 2020), que recientemente se estrenó vía Netflix. 

Mientras otras películas de género son sutiles en sus metáforas, Vampiros vs. el Bronx no podría ser más directa. En su primera secuencia, vemos a Zoe Saldana como la dueña dominicana de un salón de belleza que está a punto de cerrar el negocio de su vida, o eso parece: una compañía de bienes raíces compra su propiedad por una suma importante de dinero, éste le permitirá salir del barrio con rumbo a un mejor nivel de vida en los suburbios. No obstante, la compañía es una tapadera, detrás de ella está un grupo de vampiros asesinos, quienes desean convertir al Bronx en su nuevo nido. 

Es evidente el comentario sobre la realidad histórica del Bronx, lugar de minorías, sobre todo latinos y negros. Los vampiros antagonistas eligieron ese distrito porque es más fácil desaparecer a personas olvidadas por la sociedad. Vampiros vs. el Bronx no deja de señalar lo que sin duda ha infestado sitios peligrosos como éste: pandillas, armas y drogas, única “salida” de incontables jóvenes afroamericanos. 

Fácilmente se podría conectar a Vampiros vs. el Bronx con filmes que mezclan el terror con problemas sociales, como la brutal Tales from the Hood (1995) –producida por el mismísimo Spike Lee–, o la sumamente infravalorada The Transfiguration (2016), sobre vampirismo pero anclada en la realidad y protagonizada por un niño afroamericano del gueto. Sin embargo, Vampiros vs. el Bronx no tiene el mismo tono de estas otras producciones. Más bien es una aventura protagonizada por unos chavitos del Bronx (uno dominicano, Jaden Michael; otro  puertorriqueño, Gregory Diaz IV; y uno afroamericano, Gerald Jones III), quienes al principio quieren organizar una bloc party para salvar la tienda de abarrotes de su amigo Tony (The Kid Mero), a quien le han subido la renta. Son los primeros en notar la “invasión” de los blancos en su barrio y que son en realidad vampiros, aunque nadie les cree obviamente, con excepción de una chica de origen haitiano (Coco Jones), quien les ayudará en su lucha contra los colmilludos villanos. 

Si bien Vampiros vs. el Bronx tiene particularidades inherentes a las culturas que representa en pantalla (¿habrá otra película americana de vampiros con música latina y referencias al pelotero dominicano Sammy Sosa?), también es muy genérica. Es una buena introducción al subgénero de los vampiros para los más pequeños gracias a sus referencias obvias: la compañía de bienes raíces se llama Murnau, los protagonistas ven un DVD de Blade (1998) y luego se sienten Wesley Snipes. Todo lo relacionado al clásico mito vampírico (la función de los ataúdes, del ajo, del agua bendita, etc.) da la sensación de ser una guía para principiantes.

Prometedoras subtramas con puntos relevantes aunque sin gran desarrollo –cuando se unen invasores blancos (en específico el personaje de Shea Whigham) y thugs, las dos amenazas para los infantes; o cuando la mamá de uno de los protagonistas se dispone a vender y salir del Bronx para que su hijo no tenga el mismo destino funesto del padre–, nos indican que, por encima de esa crítica social, el núcleo de Vampiros vs. el Bronx es simplemente la misión de los “pequeños Blade”. Esta aventura tiene momentos genuinamente divertidos (si bien Method Man como el cura del barrio pudo ser memorable y no pasa mucho con él), vampiros cuyo look noventero/dosmilero no logra ser terrorífico ni cool, y un mensaje feel good que resalta la comunidad y resistencia. Vampiros vs. el Bronx es una película inocua, perfecta para que los niños la pasen bien.