PUPPET MASTER: THE LITTLEST REICH: Un reboot que sobresale por su locura

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Después de muchas historias, cambios de personalidad de los personajes (de villanos a héroes), interminables errores de continuidad, un spin-off de Syfy con Corey Feldman y una trilogía estrenada en la presente década (Axis of Evil, Axis Rising y Axis Termination), Puppet Master vuelve a intentar renovarse con Puppet Master: The Littlest Reich (2018), reboot que desde su secuencia de créditos –una excelsa animación sin precedentes en la franquicia y con el score del italiano Fabio Frizzi (antiguo colaborador de Lucio Fulci)– reimagina por completo el trasfondo del titiritero principal, Andre Toulon (aquí interpretado por Udo Kier, de breve participación).

El canónico puppet master es por primera vez un ex servidor de la Alemania nazi que, como aprendemos eventualmente, continuó esparciendo el horror del Holocausto aún mucho tiempo después del fin de la Segunda Guerra Mundial y hasta su asesinato a manos de la policía de un poblado texano en 1989. La trama de la cinta –escrita por S. Craig Zahler (responsable de las joyas recientes de género Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99) y dirigida por el dúo sueco de Sonny Laguna y Tommy Wiklund– se desarrolla 30 años después de los llamados “Asesinatos de Toulon” y se enfoca en el misterioso y violento regreso de las marionetas nazis del mencionado titiritero.

Es así que Puppet Master: The Littlest Reich coquetea constantemente con fungir como un comentario sociopolítico, quizá de los tiempos de intolerancia, odio y racismo que actualmente se viven en Estados Unidos. No es coincidencia que el protagonista –un vendedor y escritor de cómics (Thomas Lennon) que viaja a la convención del aniversario de los asesinatos de Toulon para vender una marioneta que le perteneció a su difunto hermano– remarca casi de inmediato que las primeras víctimas de los títeres nazis han sido un gitano, una mujer lesbiana y una pareja de judíos.

Tras exponer burdas caricaturas de los japoneses, los alemanes y de los propios americanos en entregas previas que tienen como tema central la Segunda Guerra Mundial, la franquicia parece que tomará otro rumbo, más satírico, en Puppet Master: The Littlest Reich, con sus marionetas nazis perpetrando “crímenes de odio”. El pequeño mundo con sus propias reglas que podría reflejar la realidad, sin embargo, no termina siendo el camino elegido por este reboot. Cuestiones como el amigo judío del protagonista (interpretado por Nelson Franklin) ofreciéndose como carnada son sólo (divertidos) momentos dentro de una cinta donde, al final del día, las malvadas marionetas tratarán de eliminar a cualquiera que se les ponga en su camino. 

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En ese sentido, Puppet Master: The Littlest Reich es, de hecho, un retorno a lo básico, con un escenario que remite a la Puppet Master (1989) original y a algunas de sus primeras secuelas. Zahler y compañía guían a sus protagonistas hasta ponerlos dentro de un hotel, donde eventualmente se convertirán en el blanco de un montón de marionetas asesinas. Esta última noción es un retorno directo al núcleo de la franquicia: un escenario simple, de terror, en el que por más ridículo que suene en el papel, un grupo de títeres cobran vida y despachan de varias formas a los huéspedes de un hotel, concepto que naturalmente se fue alterando entre tantas secuelas; basta mencionar que la última trilogía retomó la idea introducida en Puppet Master III: Toulon’s Revenge (1991) de presentar a las marionetas como los héroes vengadores de la historia. 

Si la cinta promedio de Puppet Master suele tener personajes humanos olvidables, Puppet Master: The Littlest Reich crea una buena y amena química entre el par de geeks que atienden una tienda de cómics y la nueva novia del protagonista (Jenny Pellicer); y si a la cinta promedio de la franquicia le suele faltar más acción de marionetas, Puppet Master: The Littlest Reich cumple como festín gore. Tener, por ejemplo, a una pequeña marioneta nazi introducirse en la vagina de una mujer afroamericana embarazada, para después asesinar sin piedad al feto dentro de su vientre, es parte de esa locura que la franquicia pedía a gritos.

Con un desenlace un tanto convencional que deja todo abierto para una o varias secuelas, y sin ser cine de género con algo verdaderamente relevante que decir a pesar de que es la misma película la que por momentos parece tomar ese rol, Puppet Master: The Littlest Reich tiene algunas secuencias de asesinatos y violencia tan creativas/dementes que se colocan entre las más memorables en años recientes. Así, los discursos son guardados para otra ocasión y Puppet Master: The Littlest Reich simplemente logra ejecutar la premisa clásica de la mejor y más divertida manera en los casi 30 años de esta icónica franquicia de terror de bajo presupuesto. 

Udo Kier habla sobre PUPPET MASTER: THE LITTLEST REICH y el remake de SUSPIRIA

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Tras 11 películas, además de un spin-off para el canal Syfy, la franquicia de Puppet Master está de regreso con un reboot en el que el legendario actor de origen alemán Udo Kier interpreta al titiritero Andre Toulon. Si bien en el prólogo del filme original de 1989 Toulon es perseguido por el Tercer Reich, y secuelas/precuelas subsecuentes como Puppet Master III: Toulon’s Revenge (1991) continuaron explorando su rol inicial como víctima y luego como victimario de los nazis, Puppet Master: The Littlest Reich (2018) presenta el escenario opuesto.

Esta nueva versión muestra a Toulon como un titiritero maligno que trabajó para la Alemania nazi y que, incluso muchos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, continuó usando a sus violentas marionetas para llevar el horror del Tercer Reich hasta Estados Unidos. La trama central nos sitúa en un pueblo de Texas, 30 años después de los llamados “Asesinatos de Toulon”, y se enfoca en el brutal regreso de las marionetas nazi, a pesar de que Toulon fue asesinado por la policía local a finales de los años ochenta.

Dirigida por el dúo sueco Sonny Laguna y Tommy Wiklund, y escrita por S. Craig Zahler (mente detrás de Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99), la ya controversial Puppet Master: The Littlest Reich se estrenó en cines de Estados Unidos, VOD y Digital HD el viernes 17 de agosto. Para celebrar el lanzamiento de la mejor, más violenta y demente cinta en toda la historia de la franquicia de Puppet Master, a continuación les comparto mi entrevista con Udo Kier, quien también habló de otras de sus películas como Flesh for Frankenstein (1973), Blood for Dracula (1974) y Suspiria (1977).

Cinema Inferno: En algunas de las películas anteriores de Puppet Master, el personaje de Andre Toulon fue víctima de los nazis, pero ahora él es nazi. ¿Cómo fue el proceso para darle vida a esta nueva versión del personaje? ¿Vio algunas de las otras cintas de Puppet Master?

Udo Kier: Había visto Puppet Master (1989), pero sólo la primera. Recuerdo una cosa muy bien, cuando él pinta al pequeño títere blanco. Eso era lo único que recordaba básicamente.

Ahora, el escritor de Puppet Master: The Littlest Reich es S. Craig Zahler. Había trabajado con él en Brawn in Cell Block 99 (2017), la cual escribió y dirigió; luego él me llamó y dijo, “estoy haciendo un filme con Mel Gibson en Canadá [Dragged Across Concrete] y también un filme con Dallas Sonnier –quien es el productor de las dos cintas que mencioné–, Puppet Master, lo escribí pero no lo voy a dirigir, aunque escogí a un par de directores jóvenes de Suecia”. Le dije OK y entonces fui con Craig.

Lo interesante es que no me preparé para la película sino que tuve que estar sentado en una silla durante cuatro horas para el maquillaje; no me miré en el espejo hasta que había terminado. Después de cuatro horas, me vi, me sorprendí, luego tuve que hacer una escena maravillosa con dos chicas, y se terminó.

Fui a Nueva Orleans tras hacer un filme en Brasil con Kleber Mendonça Filho y Sonia Braga [Bacurau], entonces en mi camino de regreso a Los Ángeles pasé por Nueva Orleans y ahí fue donde vi Puppet Master: The Littlest Reich por primera vez y sí, me gustaron las marionetas malignas. ¡Son muy malvadas!

En ese sentido, pienso que es una película divertida pero algunas personas podrían pensar que es políticamente incorrecta porque las marionetas son malignas y nazis. ¿Qué piensa de esta época donde la gente critica a un filme sólo porque consideran que no es políticamente correcto?

Es una película, para empezar. Una película de horror. No creo que sea políticamente incorrecta, son marionetas, son nazis y matan, pero no hacen nada de propaganda diciendo “somos buenos, somos nazis”. Todos sabemos la horrible época política que se vivió. Al haber nacido en Alemania, aún pienso mucho en esto, pero por ejemplo, he interpretado a Adolf Hitler en algunas ocaciones, en Iron Sky (2012), pero nunca en mi vida he interpretado a un nazi serio, como de documental. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Que las marionetas tengan el emblema nazi en sus brazos, no lo llamaría políticamente incorrecto.

Usted es ahora un colaborador frecuente de S. Craig Zahler. ¿Diría que él es una de las nuevas voces a seguir dentro del cine delirante de género?

Conozco a mucha gente, personas grandiosas como Alexander Payne y Gus Van Sant, he trabajado con ellos, pero lo que me gusta de Craig Zahler es que es un escritor impresionante. Trabajaré con él, si es posible, una y otra vez. Él es diferente, sus filmes son diferentes, y Puppet Master: The Littlest Reich es diferente aunque sólo conozco la primera y he escuchado que también hay otra cinta de Puppet Master en la que son nazis, pero no lo sé. Siempre me gustó el filme original.

¿Qué opina de la tendencia de hacer remakes de clásicos como Suspiria de Dario Argento?

Hice Suspiria con Dario Argento hace 40 años y ahora han hecho una nueva versión. Amo a Tilda Swinton y es una actriz maravillosa, pero no traté de aparecer en esta película. No traté de aparecer en The Kingdom de Lars von Trier cuando Stephen King escribió la nueva serie [Kingdom Hospital]. Si estoy en la original, ¿por qué debería aparecer en la copia o la secuela?

¿Qué opino del remake de Suspiria? Estoy feliz porque a la gente le gusta tanto la primera que hacen otra. Mira, hice Blade (1998) con Stephen Morrington dirigiendo y Wesley Snipes. Me gusta la primera pero ni siquiera vi la segunda ni la tercera, porque salgo en la original.

Si bien actualmente trabaja en proyectos de género, también lo hace en filmes de Gus Van Sant y obviamente de Lars von Trier. ¿Cómo funciona esto? 

Dado que en los setenta Flesh for Frankenstein en 3D y Blood for Dracula fueron muy exitosas, mucha gente me ofrece películas de terror, les gusta lo que hice en ese par de películas. Me gustan las películas de terror porque no es la realidad, entonces puedes inventar movimientos, la forma en cómo hablas y lo que dices.

Me divierto si hago un filme de horror como Cigarette Burns (2005) de John Carpenter [parte de la serie Masters of Horror], siempre quise trabajar con él. Es tan ridículo que me abra el estómago con un cuchillo y que ponga mis intestinos dentro de un proyector de cine, pero es lo que es.

Si trabajo con Gus Van Sant, no actúo, sólo soy yo sentado en un cuarto. La frase favorita de Lars von Trier, para cualquiera, es “no actúes”, lo cual no es fácil, no actuar cuando has hecho muchos filmes. Pero de nuevo, es lo que es.

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De su impresionante y diversa filmografía, ¿tiene algunos personajes favoritos?

Como actor, son las películas que fueron aclamadas por los críticos y el público, o Flesh for Frankenstein Blood for Dracula de Paul Morrissey, las cuales fueron conocidas a nivel mundial y todos hablaban de ellas. Eso es bueno para uno como actor, es lo que te gusta.

Una versión diferente de este texto fue publicada originalmente en Screen Anarchy.